lunes

Vuelveme

Al verla, el silencio fue total para el. Ya no le importaban la cianótica mirada de las personas ni sus voces, caminar o el amargo color que los rodeaba.
Lo limitado de su cuerpo, era ahora espurio, el tiempo no tenía principio ni fin y el sabía como sería su fuga.

1 comentarios:

Olga Eter dijo...

Fugas, cuerpos espurios, miradas cianóticas, colores amargos…
Me suena.
Ella, la que fue entonces, no va a volver: ahora es una pendeja con el alma envejecida, con todas las mañas aprendidas.
Ella solo está trabajando.
Y yo huyo. Y no me puedo escapar. Uh, yo…

Gracias.
Muchas gracias. En serio.

También por la solidaridad virtual.

 
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