Siempre llega mi mano más tarde que otra mano que se mezcla a la mía y forman una mano.
Cuando voy a sentarme advierto que mi cuerpo se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse adonde yo me siento.
Y en el preciso instante de entrar en una casa, descubro que ya estaba antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro, y que mientras me rieguen de lugares comunes, ya me encuentre en la tumba, vestido de esqueleto, bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
3 comentarios:
solo voy a decir:
"la música que a otros deprime a mi no"
verdad
que importa vivir
entre los limites
de la muertecuerpo
si
la sangre brota a recuerdos.-
y que importa lo que digan
ni me importa lo que vendra
no estamos solos
no estamos locos
solo llenos de agua
estoy un poco en cada lugar que puedo estar
solo los q m agradan.... d cierta manera con escafandra.